martes, 26 de mayo de 2009

Sigo bajando, pero más lento

  • Días para la maratón: 151
  • Peso: 97,7 kg (-3,9)



Como todos los lunes, me pesé y me medí. Apenas 600 gramos en una semana. Menos de dos centímetros perdidos en la cintura. Nada que ver con los cuatro centímetros y medio de la semana anterior y los casi dos kilos y medio de la primera semana.

Tal vez está ganando músculo al tiempo que pierdo grasa. Eso explicaría la poca pérdida de peso, pero ¿los centímetros? Será que esta semana comí un poco menos adecuadamente. Me vendría bien un poco de orientación sobre cómo comer para bajar de peso y terminar la maratón.

Por suerte tengo amigos que me apoyan, y esta semana se suma al blog otro más. Es mi querido colega de la universidad, Juan Ignacio Cortiñas. Los dejo con él y nos vemos al final de su columna.

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La importancia de la palabra

Hablar de lo horrorosas que son las dietas es caer en un lugar común tan poco fascinante como darse un martillazo en un dedo. Por lo tanto, y con la venia de José, eliminaremos esa palabra de nuestro vocabulario.

Hay una palabra que es más adecuada, amable, casi simpática. Se llama régimen (alimenticio, se entiende). Seguir un régimen alimenticio es la mejor manera de alcanzar, poco a poco, un peso corporal acorde con los deseos de uno. Para lograrlo no hace falta seguir normas tatcherianas, ni graparse la boca de por vida. Ni siquiera morderse los codos ante la inminencia de un flan con nata montada.

Para seguir un régimen hace falta conocer unas pocas normas, cambiar ligeramente los hábitos alimenticios y leer. Sí, leer: leer la información nutricional de todo lo que uno consume, para así saber con cierta precisión cuántas calorías se está metiendo uno entre pecho y espalda. Para moderar, por tanto, esas ansias de comer. Y para matizar, por supuesto, el ratón moral que nace al momento de deglutir la última cucharada de helado con brownie.

Yo no estudié nutrición, ni memoricé doscientos libros sobre cómo comer mejor. Sencillamente aprendí sobre la marcha algunas recetas para comer adecuadamente sin quedarme con hambre ni ganas de un postre delicioso. Sin normas escritas, en el año 2000 bajé de 84 a 68 kilos en un año. Y logré cambiar mi metabolismo, de tal manera que ahora me cuesta engordar.

Mi peso actual son 73 kilos.

Como ya se me acaba el espacio prestado en este blog, termino con el primer truco para llevar a cabo un régimen adecuado: si no puedes vivir sin un helado, si el chocolate es más fuerte que tú, cómelos en el desayuno. Así tendrás todo el día para quemar esas calorías "extra".


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Gracias, Juan Ignacio. Te veo en dos semanas.

Bueno, está claro. Nada de dietas y comer bien. Lo que voy a empezar a tratar es ver cómo funciona eso de matar las ansias en el desayuno. Menos mal que no soy de comer helados. Igual no sé cómo voy a hacer para tragarme unas chuletas de cerdo con papitas a las ocho de la mañana delante de mis hijos mientras los convenzo de que se terminen el cereal.

Mientras tanto, sigo corriendo.

martes, 19 de mayo de 2009

Llegan refuerzos

  • Días para la maratón: 158
  • Peso: 98,3 kg (-3,3)*

Estas semanas estoy concentrado en perder peso. Eso quiere decir que mientras modero lo que como, el ejercicio también tiene que ser de intensidad moderada para que así el cuerpo extraiga energía de la grasa acumulada y no de los alimentos que como o, peor todavía, de los mismos músculos que necesito para hacer ejercicio.

Al menos esa es la teoría. Mi experiencia personal y la explicación de muchos de mis fracasos anteriores en mis intentos por tener una vida activa es que no hay que dejarse llevar por el entusiasmo.

Al poco tiempo de empezar hacer ejercicio, uno comienza a sentir mejor. Los científicos dicen que es por la secreción de las endorfinas. Lo cierto es que ese entusiasmo a veces nos hace que nos saltemos etapas en el entrenamiento.

Yo, por ejemplo, pasaba de caminar 45 minutos una semana a querer correr 1 hora todos los días los siete días de la siguiente. Y el cuerpo, claro, no aguantaba el trote, literalmente, y reclamaba su descanso.

Lo cierto es que yendo poco a poco me estoy sintiendo bien, ya bajé más de tres kilos, le abrí un hueco nuevo al cinturón y he perdido centímetros en la cintura, la panza y los muslos. Además, como promete el título de esta entrega, llegaron refuerzos.

Es mi amigo personal, Will Grant, que cada dos semanas va a compartir sus recomendaciones sobre cómo motivarse y cómo entrenar para una maratón.

Además del apoyo de Will, que es monumental, creo que probablemente tal vez y a lo mejor mi esposa, Cecilia, quizá considere la posibilidad de también entrenarse y correr la maratón.

La verdad es que hoy es uno de esos días en que uno cree en la generosidad de la vida.

*La semana pasada había perdido 2,4 kilos y no 1,4 como calculé inicialmente. Por eso el salto de casi dos kilos entre esta semana y la pasada.

martes, 12 de mayo de 2009

Volver a correr

  • Días para la maratón: 165
  • Peso: 99,2 kg (-1,4)



Como mucha otra gente, he tenido una vida activa con altas y bajas. Hace apenas dos años corría con frecuencia, más de tres veces por semana, y a lo largo del 2007 participé en tres carreras de 10km y en una media maratón.



Participar es, creo, la palabra más precisa para definirlo porque mi papel en esas carreras se limitó a ser parte de esos 150, 600 0 2000 "atletas", según el caso, que servían de "extras" -como en las películas- a los que van a ese tipo de competencias a terminar los 10km en menos de media hora y la media maratón apenas por encimita de los 60 minutos.



Yo no. Mi mejor tiempo en los 10km fue 1 hora y cuatro minutos. Para la media maratón, paré los cronómetros en 2 horas 34 minutos. No era exactamente un rompedor de récords, es lo que quiero decir.



Pero lo cierto es que por aquellos días pesaba 10 o 12 kilos menos que ahora y estaba más contento con mi apariencia. Además, me sentía muy realizado de poder contar que estaba entrenando o que había estado en tal o cual carrera.



Hasta decía que era un atleta internacional porque por viajes, circunstancias de trabajo o personales, corrí una carrera en Londres, otra en Barcelona, otra en Caracas, otra en Miami y la media maratón en Cabo Cañaveral.



De todas me quedó algún recuerdo. Por ejemplo, el dorsal, que, como su nombre lo indica, es el papel con tu número que se coloca en la espalda. Aunque una vez en una carrera me regañaron y me advirtieron muy secamente: "el dorsal debes colocarlo delante".



También guardo por ahí alguna medalla, porque no en todas dan medallas. Y de muy pocas, algunas fotos. Fotos, por cierto, que me tomó mi esposa porque no me gusta comprar las que te venden los organizadores. Si ya pagaste la inscripción, alguna fotito deberían regalarte, ¿no?



Lo importante, me doy cuenta ahora, no era contar que fuiste a una carrera, ni la medalla, ni el dorsal. Lo importante era eso, que estaba más en forma y que podía comer sin preocuparme demasiado.

Les conté en "entre entregas" (que son actualizaciones que hago entre un blog y otro) que me medí. No les voy a mostrar fotos de carnes flácidas por el exceso de tejido adiposo, pero fíjense en la foto.

Esos shorts tipo bermuda son talla 40 y apenas alcanzan a rodear los 106 centímetros de cintura que tengo en este momento. No hay derecho, ¿no?

Por eso quiero volver a estar activo. Para correr otras carreras, para sentirme mejor, para estar más en forma y para tirar estos shorts a la basura.

No sé si se fijaron arriba que ya bajé casi un kilo y medio, y eso me tiene muy muy contento.

Me dicen algunos amigos que no pueden hacerse seguidores del blog. Estoy averiguando cómo resolverlo. Otras personas han encontrado inconvenientes para dejar comentarios. Mientras lo resuelvo, por favor, escriban a 21kg42km@gmail.com.

También me llegó un ofrecimiento de una ONG para correr en su beneficio en la maratón. La consideraré, pero sigo abierto a escuchar propuestas.

Nos vemos el miércoles que viene.

martes, 5 de mayo de 2009

180 días

Peso: 101.6 kilos

Días para la maratón: 172

El día que decidí empezar a hacer este blog busqué en internet una maratón que se celebrara en noviembre o antes, alrededor de mi cumpleaños número 42. La que encontré va a ser el 25 de octubre, exactamente 180 días después del 29 de abril, que fue cuando tuve la idea.

Me pareció un periodo de tiempo razonable para alcanzar las dos metas. Además es un número redondo y múltiplo de tres, cosa que, por alguna razón tal vez cabalística, me parece un buen augurio.


Lo cierto es que no empecé a tomar medidas "serias" en pro de mi meta hasta cinco días después de la decisión. El primer día que salí a caminar me encontré con el amanecer que ven en la foto. Hablando de señales auspiciosas.


Pero ya empecé. Hoy es mi tercer día de caminata intensa durante una hora a las seis de la mañana. También estoy moderando las cantidades de comida y tratando de comer cinco veces al día pues, según los que saben, eso acelera el metabolismo y ayuda a bajar de peso.


Lo que como, lo que ejercito, las calorías que quemo y cómo me voy sintiendo lo estoy anotando todo en un cuaderno. El día que cumpla 42 años, el 14 de noviembre, miraré todo lo que haya escrito y haré un resumen como entrega final de este blog.


Aquí también les voy a ir compartiendo en video mis reflexiones sobre bajar de peso, comer bien, hacer ejercicio y correr una maratón.

Por último, para que todo este esfuerzo no me beneficie solo a mi, estoy pensando en convertir todo esto en un pretexto para recolectar fondos para una organización sin fines de lucro que aún no he escogido, pero que pienso elegir muy pronto. Igual, se aceptan recomendaciones.

Les dejos mis reflexiones de esta semana: