martes, 2 de junio de 2009

El fiel infiel

  • Días para la maratón: 144
  • Peso: 96,4 (-5,2)



Como todos los lunes, descansé. Como todos los lunes, me pesé. ¡98 kilos! 98 kilos. ¡300 gramos más que la semana anterior! No fueron 300 gramos menos, que también hubiese sido muy decepcionante, sino 300 gramos más.

"Aquí pasa algo raro", pensé. Digo, era lo menos malo que podía pensar después de haber completado una semana en la que salí seis días, hice una jornada de dos horas y otra de tres, recorrí cerca de 65 kilómetros y quemé más de siete mil calorías.

Los que saben de esto dicen que el descanso es necesario para asimilar el ejercicio. No sé si fue eso o qué, pero 24 horas y cuatro visitas al baño después de aquella deprimente mañana del lunes, la balanza marcaba el peso que ven en el encabezado del blog: 96,4 kilos.







Por Will Grant




Me queda claro que además del ejercicio también debo haber asimilado algunas otras cosas que expulsé en el transcurso de esas 24 horas.

Lo cierto es que la experiencia me hizo pensar en que tengo que mirar más cómo me siento entrenando, cómo me veo en el espejo, cómo estoy de ánimo, cómo me queda la ropa, en vez de fijarme únicamente en el numerito que me dice la balanza.

Porque a veces, como el lunes 1º de junio de 2009 en la mañana, el fiel de la balanza puede serme infiel.

Si leyeron hasta aquí, ya lo vieron. Mi amigo Will Grant con sus recomendaciones para entrenar y, sobre todo, tomárselo con filosofía. Si no lo han hecho, por favor, opriman play.

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